A veces me dejo llevar por mis buenos sentimientos (que también una tiene su corazoncito) y siento cierta empatía por los líderes mundiales. Estos días, viendo el panorama del primer ministro griego, durante un segundo pensé en lo mal que lo estaría pasando. Hoy, con él ya alejado del poder, contemplo absorta esta imagen de Papandreu -sin corbata y con el cuello abierto- disfrutando de una mesa en una terraza y considerando que la crisis que ha hundido a su país no va con él. Si es que no se puede ser bueno…
Ya lo dijo el sabio ZP. «Supervisor de nubes» jajaja.