Esperando un taxi en Barcelona, mi sobrino de 4 años me obliga a admirar el cartel que empapela uno de los autobuses. «Qué señor más viejecito», espeta. Al advertir que el hombre al que se refiere es Xavier Trias, le aclaro que es un político (aunque dudo en que ese concepto aún lo pueda entender dado que los mayores tampoco lo comprendemos del todo) y que quiere ser el alcalde de la ciudad. Su respuesta a mi aclaración se reduce en fruncir el ceño. Y cuando ya estoy dispuesta a explicarle lo que es ser alcalde me deshace y me repite «¿ese hombre no es muy mayor para ser alcalde?»
Cuando analizo el comentario de mi sobrino tengo en cuenta que cuando yo tenía su edad, e incluso más, mis primos de 27 años me parecían «super mayores». Pero lejos de esta subjetiva percepción, aclarar que mis sobrinos tienen un abuelo de 76 años y que aunque lo consideran mayor «no es viejecito porque no anda así» (entiéndase, encurvado y con bastón). Bueno, por eso y porque como bien aclara mi otra sobrina de 7 años, «la gente mayor no es vieja. Viejos son los trapos». En fin, que ante este contexto y sabiendo que Trias tiene 63 años su opinión aún me parece más sorprendente.
Por eso, ya en el metro y sin los niños, me detengo ante los dos carteles pre-electorales con los que CiU ha empezado a decorar media ciudad. Hay dos opciones. En la primera -con la que alucinó mi sobrino- encontramos a un hombre con canas, pelo no muy bien recortado, arrugas, labios hiper finos, ojos diminutos y caídos -e incluso cerrados- por el paso del tiempo. Si bien la experiencia es un grado, y más en política, en este caso es excesiva. Más que nada porque se muestra a un candidato exhausto y fatigado. Sin duda, los puntos débiles son la boca y la mirada.
En la segunda propuesta, unas lentes con una montura de pasta amarilla resuelven en parte el problema del ojo al aumentarlo. También, su aspecto se aprecia más cuidado ya que las greñas de la anterior fotografía han sido recortadas. Y es así como el candidato, con algo tan sencillo, se muestra mayor pero no «viejecito». Por cierto, si se disponen a realizar una tercera versión, mejor que opten por la gafa del mismo estilo pero más oscura. Le favorece más.
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Xavier Trias, older man
Waiting for a taxi in Barcelona, my nephew (4 years old) makes me admire the poster papering one of the buses. «What’s oldest man,» he snapped. Noticing that the man he refers to is Xavier Trias, he clarified that he is a politician (though I doubt that this concept can understand even as the higher nor understand it) and he wants to be mayor of the city. Your response to my clarification is reduced frown. And when I’m ready to explain what being mayor undoes me and tells me «this man is not too old to be mayor?»
Therefore, and in the subway and without children, I stand before the two pre-election posters with the CiU has begun to decorate half the city. There are two options. In the first -with which freaked my nephew- found a man with gray hair, not very well cut hair, wrinkles, hyper-thin lips, small eyes, sagging, and even closed to the passage of time. While experience is a degree, and more on politics, in this case is excessive. More than anything because it shows a candidate exhausted and fatigued. Undoubtedly, the weak points are the mouth and eyes.
In the second proposal, a glasses with a yellow paste mount partly address the problem of the eye to increase. Also, they look more care is seen as the shock of the previous picture have been cut. And so as the candidate, with something so simple, it shows greater but not «old man.» By the way, if you have to do a third version, rather than opting for the same style glasses darker.
Muy buen artículo y tu sobrino un figura !