Con unos zapatos de ante sobre la más internacional baldosa barcelonesa (todo apunta a que el panot acabará siendo el símbolo de su campaña), Manuel Valls daba a entender en su cuenta de Twitter lo que ya era un secreto a voces. Algunos esperábamos mayor gracia y calidad (savoir faire) en el calzado y la fotografía, pero ahí estaba el paso hacia delante del ex primer ministro francés a optar por la alcaldía de Barcelona. SEGUIR LEYENDO