O cae o no cae. Lo de las medias tintas no va con ella y no hay quién le tosa. Su carácter fuerte y seguro rozando la chulería es su mayor virtud pero también su principal defecto. De todos modos, en cuestiones de estilismo político sobresale con mucho entre todos sus colegas.
Suelen afirmar diseñadores y estilistas que para defender bien a una prenda hay que sentirse seguro al lucirla. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no es que se sienta es que lo es. Esa sutil pero importante diferencia entre el verbo sentir y ser consigue que la reina de los populares sea uno de los políticos más valorados en cuanto a imagen estilística se refiere. Casi siempre perfecta, para cada ocasión y para cada momento, Aguirre ha confesado más de una vez que se viste mayoritariamente en Zara –ya saben, tal elección viste mucho políticamente hablando.
A la popular no le asustan las tendencias, las combina con gran agilidad e inteligencia. E incluso, su marcada personalidad le permite looks que quizá en otras serían inadecuados para el lugar que ocupa.
Hace tan solo unos días Esperanza Aguirre asistió a la Asamblea de Madrid con una chaqueta de punto rojo repleta de estrellas blancas –quizá en homenaje a la comunidad que preside- que me recordó poderosamente a la que tiene una compañera mía de oficina de lo más chunga. Aguirre reconoció que la chaqueta era de la cadena H&M y yo comprobé una vez más como cambian las prendas según quién las vista.
Mujer de bandera
No fue esta la única ocasión en la que la presidenta madrileña decidió convertirse en mujer de bandera. En los premios Telva de 2006 fue muy comentado el vestido de Agatha Ruiz de la Prada en el que se enfundó. Incluso, tras salir huyendo del atentado de Bombay perpetrado en noviembre del pasado año, el estilismo con el que acudió a su improvisada primera rueda de prensa fue para muchos un guiño de lo más chic para todos los seguidores de las tendencias. Para ello sólo fue necesario combinar los calcetines que le habían ofrecido en el vuelo de regreso a España con unos peep toes beige.
Si uno tiene la oportunidad de espiar el ropero de Esperanza Aguirre advertirá que la popular no le tiene miedo a nadie, ni a los fashion victims. Se atreve con todo: desde vestirse de chulapa hasta enfundarse las camisetas de los deportistas. Y lo más importante…, su imagen nunca roba protagonismo a su mensaje. ¿Será por qué coincidamos con su ideología o no, ella si cuenta con un discurso claro?
[…] consciente de que “el cambio excesivo de vestimenta no gusta a los votantes”. Lucir la bandera de Madrid en vestidos de Ágatha Ruiz de la Prada y jerséis de H&M. Además, se apunta a lo […]