La banda terrorista acaba de anunciar «el fin de la lucha armada». Aunque intento ser optimista sobre las intenciones de estos criminales, sigo considerando que su indumentaria no es la adecuada para solicitar que alguien se fíe de sus ya banales palabras. Entiendo que no quieran descubrirse el rostro por miedo a la represealia (tiene gracia este concepto aquí en medio), pero mi desconfianza ante una chusma que es capaz de asesinar a alguien por tener una opinión distinta y que encima va disfrazada de Casper con txapela creo que está justificada. De todos modos, espero que esta vez vaya en serio.
Impresentables