Aunque aparentemente siempre se muestra muy recatada con la elección de su vestuario, la primera dama turca no renuncia a sus stilettos. Ayer, en su visita al Palacio de Buckingham, incluso la reina Isabel se preocupó por la incomodidad que podían estarle provocando los incómodos botines blancos de 12 centímetros de tacón. Ante el asombro de la reina de Inglaterra (apasionada del tacón cuadrado), la esposa de Abdullah Gul llegó a perder el equilibrio en la alfombra roja.