Hace seis años cuando empecé a interesarme por cómo vestían los políticos y qué mensaje transmitían con sus ropas era prácticamente imposible encontrar una nota sobre tal asunto en la prensa nacional. Hoy, raro es el día en que los medios de comunicación escritos no aprovechan un guiño estilístico de nuestros gobernantes para rellenar espacios. Lo hacen, como lo hacían, sin ningún tipo de manía ni complejo aún cuando no tienen ni puñetera idea de lo que están hablando. Y siento que sea así, pero todo esto me fastidia muchísimo. Que hablen de la chaqueta «de cuatro botones de Angela Merkel» (cuando es de tres), me desquicia. También cuando, a las horas de publicar un post en esta página, grandes blogs para otros medios reproducen mis comentarios, pero sin citarme, para escribir sus colaboraciones remuneradas. Lo único que hacen estos redactores (entiendo que ser periodista es algo más) es contribuir a la idea de que la imagen y la moda es pura frivolidad. Pero todo esto, francamente, tampoco me sorprende: en este país todo el mundo sabe y opina de todo. Lo de la especialización parece sugerirse como una simple limitación laboral. Jamás lo he entendido, pero así es. Repito, lo importante en el atuendo de un político no es si nos gusta o no, sino que sea coherente con su mensaje verbal. En fin, solo quería compartir con vosotros mi pequeña frustración.
¡Bravo, Patrycia! Así es. Además parece que en España «todo vale» a la hora de vulnerar la propiedad intelectual. Se pueden reproducir comentarios pero hay que mencionar la fuente, no apropiárselos.