Y yo esperando en España, o bueno, en Catalunya una propuesta como esta y nada. En fin, otra vez nos toca viajar fuera para que la moda se comprometa con la política (es lo que tiene que en el resto de países la moda no esté financiada por el gobierno). Busco en google «corruptos» para mi próximo libro -aunque, después de la muerte de mi querido editor, me prometí que jamás volvería a escribir nada más, he vuelto a recaer. Eso sí, esta vez, me autopublicaré yo misma (se aceptan limosnas) que el monopolio Planeta me provoca urticaria- y doy con que una conocida sastrería de Paraguay lanzó al mercado la pasada semana el «Traje Ibáñez», una colección de trajes y pantalones sin bolsillos para promover la honestidad. El traje está inspirado y lleva el nombre de un diputado que cobró salarios del Estado a nombre de tres empleados de su fastuosa residencia.
PD. El diputado corrupto admitió a principios de octubre que desvió dinero del Congreso para pagar el salario de sus caseros pero, con el fin de frenar el escándalo, ofreció donar $45,000 a dos hospitales públicos para resarcir lo que consideró un “error humano”. Menuda geta, sí. Pero aquí, ni eso.