Ya la empezaba yo a echar de menos porque para encontrar a una política que arriesgue algo con su estética hay que salir de nuestras fronteras. Theresa May, la ministra de interior británica, se dirigió ayer al nº 10 de Downing Street con unos toques muy punks tanto en los guantes de leopardo que refugiaban del frío a sus manos como en el zapato cubierto de pinchos que calzaba . Porque pese a la ideología conservadora de los tories, parece que a May no le preocupa seguir las tendencias, ni siquiera las más excéntricas. Y que yo no me imagine a Jorge Fernández-Díaz así de moderno… claro que nuestro ministro de interior ya tiene una verja llena de pinchos para él solito.