Sin querer robar protagonismo, sin levantar demasiado la voz, pasando desapercibida… La que calla pero siempre observa, ésa, sin duda, es la más temida. Y sin embargo, pese al saber hacer político de la secretaria general del PP,
Mª Dolores de Cospedal, y su estilo innato, la engañaría con cualquiera (por ejemplo, con Arantza Quiroga).La más valorada y la menos lagarta. La más interesante y la que menos habla. La más atractiva y la que menos posa. Consciente de su lugar y su cargo, la fidelidad a Mariano Rajoy –algo de lo más raro dentro del Partido Popular- sostiene su discurso. Y así, Mª Dolores de Cospedal se ha convertido en el principal argumento para ganar las siguientes elecciones. Pero sus valores vitales –madre soltera por inseminación artificial- también se transmiten en su imagen. Sin duda, su estilo es innato –hay cosas que no se aprenden- pero la mezcla de seriedad con su lado más sensible –e incluso, maternal- caracterizan a esta política.
Y es ese “no sé qué” -indefinible- lo que atrae a los hombres –y por cierto, de todo índole político. Seguramente, su seguridad y su atractivo sean un plus. Y aunque asumida su belleza, parece que De Cospedal haya optado por reprimir e intentar ocultar sus encantos dentro de la vida política. Con estilismos a veces imposibles y ese peinado de excesivo volumen que la envejece, en una entrevista a Vanity Fair encontrábamos esta semana el “quid” de la cuestión: “La secretaria general del PP controla la imagen que proyecta más de lo que podría parecer. Es una mujer con presencia que no quiere que se malinterprete una fotografía suya. “Siempre hay malévolos que utilizan esas cosas con las mujeres. Este país aún es muy machista. Con los señores no se intenta frivolizar, pero con nosotras sí. No me quiero prestar a ese juego. Nadie le criticaría a un hombre que se dedica a la política que se vistiese de James Bond. Seguro que hasta haría gracia. Pero hay cosas que como mujer no puedes permitirte.””
Y bien, comprobado que De Cospedal es consciente de los pros y los contras de su imagen, aún no entiendo por qué no cuenta con un profesional que pueda asesorarle con más criterio que su jefe de prensa sobre estilismo. “Tenemos que saber de todo, confiesa su jefe de prensa, Fernando Urrutia, que ha aprendido qué tipo de detalles estéticos le favorecen más después de un par de de malas experiencias en televisión. Incluso su directora de gabinete, Maria Jesús Bonilla, que es además diputada en el Congreso, ejerce de estilista en plena sesión retocándole el flequillo y alargando el vestido”, narra el reportaje político de Vanity Fair con posado incluido.
Así que, por el momento, aún no nos decidimos del todo por ella. Su compañera de partido y presidenta del parlamento vasco, Arantza Quiroga, es su mayor rival.
Y bien, comprobado que De Cospedal es consciente de los pros y los contras de su imagen, aún no entiendo por qué no cuenta con un profesional que pueda asesorarle con más criterio que su jefe de prensa sobre estilismo. “Tenemos que saber de todo, confiesa su jefe de prensa, Fernando Urrutia, que ha aprendido qué tipo de detalles estéticos le favorecen más después de un par de de malas experiencias en televisión. Incluso su directora de gabinete, Maria Jesús Bonilla, que es además diputada en el Congreso, ejerce de estilista en plena sesión retocándole el flequillo y alargando el vestido”, narra el reportaje político de Vanity Fair con posado incluido.
Así que, por el momento, aún no nos decidimos del todo por ella. Su compañera de partido y presidenta del parlamento vasco, Arantza Quiroga, es su mayor rival.