Interrumpo mi siesta para comentar la minifalda que ha lucido Susana Díaz durante su discurso de investidura. La nueva presidenta andaluza se ha presentado en el día más importante de su trayectoria política con un estilismo bicolor en blanco y negro. Y aunque la combinación de colores suele resultar sencillamente sofisticado -recordemos a Coco Chanel-, la socialista se ha encargado de destrozar el mito. La chaqueta barata blanca , tan al estilo de Alicia Sánchez Camacho, se deformaba hasta regalarle un tercer hombro. Las medias con los peep toes, arghhhh…. Y aunque no seré yo la que defienda a un protocolo que se me antoja casi siempre anacrónico, sobre el largo (un palmo bien generoso por encima de la rodilla) del vestido negro con ribete blanco en el cuello, solo deduzco que en su casa no la quieren (no hubieran permitido que saliera con esas pintas).
PD. Hace una semana leí que Susana Díaz había contratado la ayuda de una estilista… jajajajajjajajajaja…
Debe ser el cansancio que me produce las inyecciones que me pusieron ayer de vitamina B12, pero a mí lo que me ha recordado el vestido (salvo el largo de la falda), es a las sotanas de curas rancios.
¡Si parece más bien un alzacuellos! 😛 Lo mismo es efectivamente una sotana, solo que ha encogido al meterla en la lavadora xD