Visita de los Sarkzoy a los nuevos inquilinos del nº 10 de Downing Street (London). Sam Cameron, embarazada y con un vestido de 500 euros, no pudo competir ni por asomo, claro estaba, con Carla Bruni y su Dior. Bueno, ni Sam, ni David Cameron, ni Sarkozy, ni el Príncipe Carlos: Bruni se encarga de eclipsarlo todo. ¿Quizá demasiado?
La seguridad en política –igual que en cualquier otra área de la vida- es un valor añadido. La primera dama francesa, Carla Bruni, la derrocha en todas sus apariciones. Ya no es sólo que sus vestidos se le amolden como un guante, es que el porte y la pose de modelo le acompañan a cada momento. A veces, como en esta última ocasión, podría parecer que en exceso. Fue ayer cuando los Sarkozy visitaron al nuevo primer ministro británico y su mujer en Londres, David y Sam Cameron. Más como modelo que como mujer del presidente francés, Bruni posaba con exageración para monopolizar todos los flashes. Pese a que la prensa había presentado a SamCam como una nueva primera dama británica con cierto gusto (al menos en comparación con Sarah Brown), ayer, frente a Carla Bruni, tal afirmación quedó en evidencia. La verdad es que era de cajón: ¿quién se atrevería a posar al lado de esta fiera? Además, SamCam –quizá por los nervios provocados ante la cita del juicio final- no acertó con el vestido (el azul del día de la visita a la Reina hubiera sido perfecto para la ocasión). Pero pese a la desventaja de Cameron, resultó tan evidente el esfuerzo de Bruni por ser el centro de atención –incluso en la reunión mantenida con el Príncipe Carlos- que en la prensa es lo que se comenta. A mí, de todos modos, me encanta. Soy 100%Bruni.
PD. Sabéis que el mundo se divide entre los que les gusta la Coca-Cola o la Pepsi; el Mac o el PC; el Cola-Cao o el Nesquik… Pues ahora hay otra subdivisión: ¿ Bruni o Michelle?