Las pasarelas de moda internacionales (vamos, las de verdad) tienen un ritmo de desfiles asfixiante. Por eso, la embajadora de la moda británica, la esposa de David Cameron, lució en la jornada de ayer dos atuendos distintos. Por la mañana, Samantha Cameron optó por un traje chaqueta negra y camisa de Jonathan Saunders y, por la tarde, para el desfile de McQ, prefirió un vestido rosa palo. Serían las prisas, pero para el cargo de representante de la moda propia que ocupa, no fue su gran día.