Conozco (y padezco) al fan número 1 de la vicepresidenta del gobierno. El hombre siempre me reprocha que me meta «tanto» con S3 y no para de repetirme que la mano derecha de Rajoy «es una neñina de lo más lista». Y la verdad, es que ni uno ni otro adjetivo le puedo discutir. Pero a veces, incluso los puntos fuertes pasan a ser los más débiles si uno no los sabe gestionar adecuadamente. En mi opinión, eso es lo que le sucede a S3. Veréis, la vicepresidenta mide un metro y medio (o algo menos, seguramente) y tiene unos rasgos faciales de lo más delicados y suaves. Ni la estatura ni el rostro aniñado deberían suponer ningún problema, pero en política, la altura y la madurez otorgan presencia. La vice intenta remediar los centímetros de menos con tacones y plataformas de vértigo que además de acentuar aún más su complejo, al caminar la empujan hacia atrás (las mujeres saben del efecto rebote al intentar apresurarse con unos stilettos). Tampoco le ayudan, como ya he comentado en numerosas ocasiones, los estampados psicodélicos que se empeña en lucir: aún le acortan más la silueta. Sin embargo, el año pasado habíamos logrado un gran avance con el tema maquillaje y peluquería. Su cutis lucía saludable y natural, mientras su cabello alborotado le afinaba el rostro y le aportaba el volumen necesario. Una opción jovial, que no infantil. Pero incomprensiblemente antes de finalizar el 2012, S3 volvió a las andadas. Se cortó el cabello y se lo volvió a alisar… ¡¡¡puafff!!! Otra vez perdió consistencia vertical y la ganó horizontal. El peinado no le favorecía. Quizá al darse cuenta de ello, decidió intentar solucionar la cuestión cometiendo otro pecado : usar una diadema. Pero la diadema es un accesorio muy naïf, casi pueril. Por lo tanto, en principio para una dirigente queda excluido a no ser que lo que se pretenda sea precisamente aportar inocencia y vulnerabilidad a una figura muy agresiva (lo que le sucedía a Yulia Tymsohenko ). Con todo, la diadema en S3 son como las dos coletas a cada lado para cualquier mujer crecidita (te las puedes poner para estar por casa o de excursión pero no para ir a trabajar).
Yo siempre les he llamado «pasadas» en lugar de diademas… y eso es lo que debería hacer S3 a mí humilde parecer: pasar de ellas totalmente. 😛