Zapatero ya prescinde de ella. Ahora le toca el turno a «Alfredo». Éste la escogió roja y blanca (dependiendo de la luz, se antojaban los colores de la bandera española), rollo furgoneta de helados. Muy pulcro; con pantalón gris, americana azul marino, camisa azul cielo y dicha corbata, el candidato socialista se presentó como un niño de San Ildefonso dispuesto a cantar el gordo. En el atril, sólo un cartel dibujaba su nombre en letras blancas sobre fondo rojo. Pero a mí, erre que erre, la vista de vez en cuando me jugaba una mala pasada y leía «Santander Central Hispano»… Por cierto, enhorabuena a Fernando Alonso.