Poco caballeroso que el presidente del gobierno no haya salido a recibir a la líder de UPyD a la puerta de la Moncloa. Sin embargo, Rosa Díez ha salido beneficiada del desplante. La ex socialista acudía a la cita vestida enteramente de blanco (a excepción del calzado). Tonalidad, como muchas veces ya hemos comentado, muy habitual entre las mujeres políticas que desean escenificar el poder del mal (el pasado, masculino) y el poder del bien (el futuro, de las féminas).
PD. Las damas en Moncloa no sueltan el bolso. Por algo será…