Disculpas Antiguamente, existía una bella costumbre que consistía en regalar flores a la persona que habías ofendido. La entrega de la flor (delicada y vulnerable) representaba la empatía hacia la sensibilidad y el dolor que, consciente o inconscientemente, se había provocado en el otro (no volveré a dañarte). Aunque se agradecen las disculpas, entienda que no me parezcan del todo sinceras. Inténtelo regalándole una rosa blanca (amistad) a la joven que aparece en la fotografía que retuiteó (por cierto, me encantó el vestido de flores y la rebeca de punto que ella vestía), al resto de féminas cupaires (servirá con una flor para toda la formación) y a los varones de la CUP (tranquilo, a diferencia de usted, ellos poseen inteligencia emocional y una rosa no les resultará una «mariconada»). Después, pruebe a pedirle perdón también a las personas que lo aguantan diariamente y a las que, aunque no lo crea, también ofendió con su comentario: principalmente, a su mujer (si aún la tiene) y a sus hijos (recalcándoles que no sigan su ejemplo).
Feo Ahora que está tan de moda, le recomiendo que empiece a leer a Kant (le iba a decir que se lo pidiera a los Reyes Magos pero me temo que este año le toca carbón y no del dulce) a ver si solucionamos algo de lo suyo. Defendía el filósofo alemán que lo opuesto a lo bello no es lo feo, sino «lo que causa disgusto». Porque la fealdad, se lo aseguro y bien lo sabrá usted también, puede resultar muy atractiva y bella. Así que, el concepto de fealdad es tan subjetivo como lo es el de belleza. Y en estas, a mí me puede resultar feísimo (por no decir otra cosa) que alguien haya tenido una cuenta de hasta 5.1 millones de dólares sin declarar en Suiza y, en cambio, a usted el mismo hecho se le antoje encantador. Pero después de tantos años estudiando sobre hedonismo, permítame que sea yo la que decida, y no usted, qué es feo. Y la primera lección que debo darle, si es que usted no aprendió educación o no le dieron suficiente cariño durante su infancia, es que las personas (ni ningún otro ser) pueden ser feas. Feas y viejas son las cosas, las actitudes o las situaciones; jamás el físico de una persona.
Protocolo revolucionario Me temo que el protocolo al que usted pretende referirse está reñido con la mala educación. Y tanto moral como estéticamente, deja usted mucho que desear. Pero voy a lo esteta, de lo demás ya se ocuparán los de arriba… Enfundarse un traje y atarse una corbata con la absoluta desidia que lo hacen hombres como usted, no es cumplir con el protocolo, desengáñese. Lo que hace usted es seguir al rebaño y maltratar el estilo clásico a diario. Porque ese uniforme que defiende, hace años fue tachado de «feo, indigno, irrespetuoso, grotesco, carnavalesco, infame…» y todos los adjetivos que se le puedan llegar a ocurrir para definir la estética actual de la CUP. Entonces, durante la Revolución Francesa, sólo lo defendían los sans culottes (los revolucionarios). Fue la burguesía la que finalmente, después de Napoleón, se adueñó de ese estilismo y lo impuso como la única vestimenta diplomática y capitalista. Obviamente, por coherencia (le invito a que empiece a familiarizarse con el término), la CUP no quiere, no debe y no puede acatar esa estética porque a usted y a cuatro primitivos más se les tercie. La evolución (indumentaria, cultural, social, económica, laboral….), no lo olvide, le pertenece a la izquierda (la izquierda de verdad, no pseudoderivados). No venga usted a dar lecciones de saber estar. Porque un anarquista, higienista, de principios del siglo XX le daría a usted y a todos los que se mofan de la CUP diez mil vueltas de estilo y protocolo. Y le informo que la suciedad (y no me refiero a la corrupción) está mucho más impregnada en los partidos tradicionales que en la CUP.
Burgués Sepa que este es el tuit, de toda la serie, que más me molestó. A principios del siglo XIX tuvo lugar la Gran Renunciación Masculina: los hombres renunciaron, por primera vez en la historia, a lucir bellos. Adoptaron una estética sobria y austera. Su capital, desde entonces, ya no lo reflejaría su indumentaria sino que lo harían sus posesiones (esposa, hijas, amantes…). Obviamente, este hecho provocaría más tarde la ira del movimiento feminista. Pero así como la corriente feminista británicogermana decidió emular al hombre y renunciar a explotar su belleza; el feminismo galo y latino convino que la renuncia del hombre a su belleza lo único que había provocado era el empoderamiento de la mujer y que jamás prescindirían de ese gran privilegio. Así que esto no es cuestión de clases sociales (burgueses/obreros), ni siquiera de ideologías (izquierda/derecha). Esto es una clara indicación de una sociedad enferma y acomplejada por el machismo. Sea como sea, su patético comentario lo único que promueve (aunque espero que ya no) es que muchas mujeres se avergüencen de su belleza y feminidad; cuando lo que debería suceder es que a usted y a tod@s los que retuitearon, aplaudieron y apoyaron ese tuit se les cayera la cara de vergüenza.
——————————————————————————————————–
PD. Aquí, mi agradecimiento a todos los que habéis leído y compartido este post. ¡Gracias! Gràcies!