Hay fechas señaladas en que al presidente del gobierno español se le nota muchísimo que se acaba de echar el tono marrón viejuno de Grecian 2000 en el pelo y ayer, ante la visita de Letta, era una de ellas. Pero el cenizo no desapareció con el remedio sino que se incrementó. Y no sólo por el cabello, también por el corte y el tejido del traje, el estampado de la corbata y el nudo torcido. Si a todo eso le unimos que Rajoy se enfrentaba a la maestría indumentaria del nuevo primer ministro italiano, el resultado no podía ser más desastroso.
¿ No habrá un alma caritativa en su entorno que le modifique ese espantoso look capilar?