Cuando ya estábamos convencidos de que el presidente del gobierno no podía dar más miedo, va y se coloca un chubasquero. El líder del PP, tras reunirse el pasado viernes con el rey en Marivent, inició sus vacaciones estivales en Pontevedra. Si el sábado madrugó para practicar senderismo junto al marido de Ana Pastor, combinando calcetín negro con deportivas blancas, hoy en su recorrido por Ribadumia, Rajoy se ha visto obligado a resguardarse de la lluvia bajo su capcuha. Aunque viendo el efecto -parecía un delincuente «tooo loko»-, quizás habría sido preferible que por una vez en su vida se hubiera mojado un poco.
Gracias a @unitedunknown por ilustrar tan bien este análisis de Rajoy en vacaciones…