El presidente español ha comparecido este mediodía para hacer balance del año. Así, en líneas básicas, por su saco de raya diplomática, nos ha venido a recordar aquello de que «viva el rey, viva el orden y la ley». Otra tendencia a destacar, las cualidades soporíferas de la elección de la corbata -la de hoy se antoja muy práctica para agitarla como banderola en una carrera de fórmula 1 o para dar el pistoletazo de salida en la carrera contra la crisis. Eso sí, el lazo siempre mal colocado (tiende hacia la derecha y ¡se le ven los botones!), que no se diga. Pero sigamos… La camisa es de la firma «en época de vacas flacas, las sabanas tiesas de la abuela sirven para hacer cualquier apaño». En la misma onda, la dejadez de la barba -a ver quién financia el paso por la barbería- y el peinado repipi de la primera comunión. Pero como ha exigido comprensión, las gafas se las paso como reliquia.
Estamos en crisis y esto no hay quien lo esconda. O tempora o mores… snif.