La separación debe entreverse tan inminente (o, por lo menos, tan intimidante) que no sólo ha aparecido por casa el marido ausente con un enorme ramo de rosas (“lamento haberte ignorado durante décadas: venga, aquí tienes 1.900 millones de euros para que te compres los trenes que quieras»), también amenaza con instalarse la suegra («hija, en la convivencia siempre hay que aguantar cosas»). Según apuntan algunos medios, Felipe VI planea aumentar su presencia en Barcelona y recuperar el Palauet Albéniz como residencia oficial. Ya durante la celebración del Mobile World Congress, el actual rey hizo noche por primera vez en sus reales aposentos. Aprecien aquí toda una declaración de intenciones: “Esta es mi casa”. SEGUIR LEYENDO