Nueve personas me han preguntado hoy qué opinaba sobre la foto de «la unitat» que ayer se escenificó en la galería gótica del Palau de la Generalitat. Más allá de la indumentaria (no comments), creo que la posición corporal que adopta cada uno de ellos es verdaderamente significativa.
Lectura rápida del lenguaje corporal en la foto de «la unitat«:
Protagonistas:
Poder. La posición de poder (lo hacemos cuando ocupamos más espacio) la tiene el president con las piernas ligeramente abiertas. Oriol Junqueras, por el contrario, aunque acepta el apretón de manos que le ofrece Mas («el dominante»), mantiene las piernas cerradas (cuando nos sentimos «débiles» o «sometidos», nos recogemos).
Intromisión. Las mujeres (por maltrato histórico) normalmente nos sentimos, en comunicación no verbal también, más débiles que el hombre y solemos recoger nuestra posición mucho más que un hombre. Sin embargo, Carme Forcadell tiene las piernas entreabiertas y el pie que está junto a Junqueras está bastante adelantado respecto al otro que se sitúa por detrás de los pasos del president.
Personajes secundarios:
Contemplación. Llama especialmente la atención el líder de l’Associació de Municipis per la Independència, Josep Maria Vila d’Abadal. Las manos sujetas delante (señal de acato) y contemplando la escena desde un extremo apartado con la cabeza agachada (obedece). Es un actor secundario que cede, prima y nos indica con su actitud quiénes son los verdaderos protagonistas.
Desinterés. En el otro extremo y de la acción protagonista y también apartada, Joana Ortega está girada ligeramente hacia fuera (huida) y con una mano en el bolsillo (incomodidad, impaciencia=quiero irme de aquí).
Inacción. Francesc Homs tiene recogidas las manos detrás de su espalda (inacción) y mira hacia fuera del cuadro (nada ha tenido que ver).
Fin. La presidenta d’Òmnium Cultural con los brazos en los costados y relajados (ha acabado su cometido).También se permite retirar la mirada de la escena principal.