Esta mañana nos hemos despertado con la detención de Sandro Rosell por blanqueo de capital. En las redes sociales se detectaba un cierto disfrute por la noticia, y no sólo por el deseo de acabar con la corrupción… Pese a ser el presidente del Barça más votado, nunca se supo el más querido. Falta de carisma y una imagen que, por o pese a sus esfuerzos por caer bien, crea antipatía. SEGUIR LEYENDO