Somos lo que comemos. Y Donald Trump le ha pedido a los chefs de la Casa Blanca que se inspiren en McDonald’s para elaborar sus menús. Ya ven, uno de los hombres más poderosos del mundo, que podría exigir cualquier exquisitez culinaria, reclama consumir comida basura. A estas alturas no creo que sus gustos escandalicen ya a nadie; pero busco señalar y remarcar su petición porque alguien podría verse tentado a catalogar tal antojo de “austero y humilde», cuando es otra prueba más de la mediocridad que alimenta al poder político actual. SEGUIR LEYENDO