No quiero ser criticona pero… Los estilismos escogidos por los representantes del Gobierno para lucir palmito en la alfombra verde de la 24 edición de los Premios Goya tiran pa atrás. En serio, ¿por qué narices visten tan mal?
Aunque no tenía ya muchas esperanzas dada la experiencia, creí que un milagro podría obrarse y, por una vez, los políticos en este país estarían a la altura de las circunstancias. Pero no pudo ser y el Goya a los políticamente incorrectos recayó en el estilismo peor imposible de la ministra de cultura, Ángeles Sinde, de la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín y del diputado socialista por Vizcaya, Eduardo Madina –al ministro de Industria, Miguel Ángel Sebastián y a Diego López Garrido (aunque no posaron) también los incluyo por si las moscas -.
Y aunque, como comprenderán, sus atuendos son indescriptibles, intentaré definirlos. González-Sinde optó por un modelo de Amaya Arzuaga color maquillaje con cuello de infinitos volantes. Su piel pálida, su cabello negro (siempre con un aspecto graso), la poca gracia con el mini bolso nada combinable con su atuendo acabaron de rematar el look.
Lo de Leire Pajín no tiene nombre. Llevo varios meses intentando escribir sobre esta chica pero es que no sé por dónde empezar. Lo confieso, toda ella me abruma. Y en esta ocasión, por Dios… Supongo que la pobre vive lejos de su familia y ningún ser querido pudo impedir que saliera así a la calle. Otra posibilidad es que la socialista sea una guasona y aún llevara el vestido de princesa Fiona de la noche de carnaval. Observándola de nuevo, me convenzo de que si algún día me caso quiero ver los atuendos de todos los invitados antes de que aparezcan en la Iglesia –yo con alguien así vestido a mi alrededor no seré capaz de decir un “sí, quiero”. Y aunque el modelo fuera de Hannibal Laguna (en esta ocasión, todas sus propuestas han sido de lo más criticadas –Paz Vega también vestía de él-), ella aceptó enfundarse en él y además, apostar por ese peinado y maquillaje. El bolso me recuerda a los que venden en los chinos… No voy a decir más.
El acompañante, Eduardo Madina, para combatir el frío, se colocó una gabardina-trenca gris que pegaba a la perfección con la cara de susto que lucía.