Estaba dispuesta a cerrar el año con el atrevido estampado felino de la chaqueta que Ana Botella ha llevado hoy para presentar al nuevo gobierno del Ayuntamiento de Madrid (queridos residentes en la capital del reino, qué Dios -Botella- os pille confesados). Pero explorando por la galería de imágenes del consistorio, he reparado en la pajarita de cuadritos azules y blancos del concejal de Artes, Fernando Vilallonga. El hombre es valenciano (como Zaplana) y, por lo menos hoy, ha recurrido al botón dorado madrileño que tanta gracia nos hace en Catalunya. Lo premio por la originalidad, pero creo que debería aprender del primer ministro belga, Elio di Rupo.