Son los momentos de crisis cuando un presidente debe dar la talla. Ayer, una vez más, le tocó demostrar su capacidad de liderazgo a Barack Obama. La comparecencia del presidente de EEUU tras el bombardeo en Boston fue significativamente serena. Obama no le concedió al verdugo(s) ninguna muestra de debilidad ni siquiera de rabia, solo justicia. Ni siquiera la corbata revelaba conmoción. Otro hubiera dispuesto de un lazo negro o azul oscuro. Él, en cambio, apareció con la misma que lucía al iniciar la jornada: azul marino con pequeños lunares blancos.
PD. Gracias a Ociore por la información y las imágenes. ¡Eres un sol!