Desde la lectura visual, la composición (provocación) del cartel me parece sensacional. Un retrato de Francisco Franco pidiendo que no se vote el 1-O. Es decir, el ser más detestable y temido de nuestra historia reciente imponiendo (mirada y barbilla altiva y uniforme castrense) que no participemos en el referéndum. He ahí cuando el mensaje subliminal actúa, y el rechazo al personaje que nos aconseja provoca que deseemos hacer justamente lo contrario de lo que nos propone. Pero es más, al leer el eslogan escrito de carrerilla sale: «No votes No a la República». Y como en el lenguaje lógico dos negaciones son una afirmación, sutilmente logra la pretensión anhelada por el autor: «Vota Sí a la República». SEGUIR LEYENDO