#loveMuriel

A los ocho años tuve la mala fortuna de perder a dos de las personas más importantes de mi vida. En aquella ocasión escuché una frase que, debido a la confusión del momento y mi corta edad, me atormentó durante mucho tiempo: «Los mejores siempre se van antes». Con los años comprendí lo que en realidad significaba aquel dicho: siempre se te antojará demasiado pronto despedir a una persona a la que aprecias y admiras. Y hoy, con Muriel Casals, ese es mi sentimiento. Con todo mi cariño, recupero el análisis que hice del estilo de la it iaia catalana en septiembre de 2015.  Lo que no olvidas, nunca muere. #loveMuriel Gràcies per demostrar que a la política li cal més EST ÈTICA !

 

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Muriel Casals: la «it iaia» catalana

A sólo seis días del 27-s, no quería dejar pasar la oportunidad de hablar sobre Muriel Casals, número tres de Junts pel Sí. Y es que, (insisto) compartamos o no su ideario, es una de las representantes femeninas que mejor visten en el panorama político catalán actual. Como siempre que la defiendo en sociedad se arma un gran alboroto, voy a tratar de argumentar a continuación mi afirmación.

1. La arruga es bella. El secreto de la belleza madura es saber envejecer con dignidad. Y para los que no estéis muy puestos en esto de las tendencias, contaros que, hoy por hoy, las firmas de moda más cotizadas del mundo del lujo contratan como protagonistas de sus campañas a las abuelas modelos (mayores de 65 años). Así, Daphne Selfe (86 años) sería la versión madura de Gisele Bündchen. En fin, el independentismo catalán no está  aprovechando lo suficiente la belleza (serenidad, discreción, educación, cultura…) de esta «it iaia»: ¡Madurez, divino tesoro!

2. Ancienne. Sin embargo, algunos están convencidos de que la renovación política conlleva e implica caras nuevas pero jóvenes. De hecho, muchos asesores me hablan de sus «viejos» candidatos (fijándose únicamente en la edad y eludiendo trayectorias, en ocasiones, intachables) como si de muebles se trataran. Y en esas, llegan a la conclusión que ir a Ikea y comprar un mueble nuevo y bonito (hoy, porque mañana ya estará pasado de moda y ya no cerrará la puertecita como el primer día…) les va a solucionar la papeleta… Un navarro me enseñó hace muchos años que «viejos» son los trapos, no las personas. No puedo estar más de acuerdo. De hecho, confieso cierta envidia lingüística (y cultural) cuando un francés utiliza la palabra «ancienne» para referirse a un ex cargo. La sabiduría y la experiencia se transmite a través de la mirada. A sus 70 años, Casals conserva unos ojos vivos y cristalinos (pese a que las lentes progresivas los protejan en el exterior). Sin duda, mucho más despiertos que la mayoría de pipiolos que campean estos días con soberbia y cierto besuguismo por la campaña catalana. 

3. Savoir faire. Economista, Casals se doctoró en 1981 con la tesis La indústria tèxtil llanera i la guerra 1914-18. Dicho esto, que su segundo apellido es Couturier y que nació en la Provence (aunque nazcas por casualidad, el savoir faire francés se te pega), el dominio y calidad de los tejidos que escoge en cada una de sus apariciones es notable y deja en evidencia a toda aquella que se atreva a ponerse a su lado (Forcadell, Rovira…).

4. La «it iaia» catalana. Es curioso que tanto Muriel Casals como Manuela Carmena (alcaldesa de Madrid) se antojen más actuales que algunas jovencitas recién llegadas a la primera línea política. Si Carmena apuesta por el hipster madrileño, Casals es fiel a prendas desestructuradas, sobrias y fáciles (influencia gala) lo que la hacen lucir más sofisticada. Le encantan las piezas de punto y los vestidos camiseros de algodón. La comodidad también la calza.

5. Más Christine Lagarde que Rosa Tous. La mayoría de estilistas de este país odian el peinado de Rosa Tous (no sólo porque lo han emulado hasta aburrir todas las mujeres que no sabían qué hacer con su pobre y canosa melena, también porque el corte de pelo se puede hacer con gusto). Y aunque algunos os empeñáis en comparar el peinado de Casals con el de la joyera manresana (algo que me saca de quicio), no es el mismo estilo. El de la candidata de Junts pel Sí es más francés, a lo garçon.

 

150 150 Patrycia Centeno