A partir del 1 de junio de 2018 no habrá más calesas tiradas por equinos en el centro de la ciudad. Lo ha anunciado la tenienta de alcalde, Janet Sanz, en su perfil de twitter: «Barcelona es una ciudad amiga de los animales. Esta decisión encaja con el objetivo de la campaña Prou tracció a sang en contra de los caballos como transporte dedicado al ocio en Catalunya». Pero la medida la toma el consistorio tras las protestas provocadas por el desplome en plena vía pública y posterior sacrificio del caballo Neret, de sólo seis años, en agosto de 2015.
En los últimos años, conforme la gente ha empezado a reconsiderar las relaciones entre humanos y animales, tales prácticas han empezado a recibir cada vez más críticas. De repente damos muestra de un interés sin precedentes por la suerte de las mal llamadas formas de vida inferiores, quizá porque estamos a punto de convertirnos en una de ellas. En el momento en que el hombre ha creído que domina la naturaleza, los animales han sido conquistados, esclavizados, tratados como rebeldes y diseminados por la fuerza. Han desaparecido los animales no humanos libres del sistema, igual que han desaparecido los animales humanos libres del sistema. SEGUIR LEYENDO