En unos premios en los que lo más chiflante es que te derramen toneladas de moco verde por encima, me picó la curiosidad cómo la primera dama estadounidense iba a encajar en un evento para adolescentes. Custodiada por sus hijas, descubrir su atuendo cuando salió a entregar uno de los galardones fue alucinante: túnica de Wes Gordon (escote adaptado -más cerrado- para ella) y pantalones pitillo grises metálicos. A Michelle Obama le sucede lo que a su marido, incluso rodeada de chabacanería, sigue siendo creíble.
Como no podría ser menos!!! Siempre va elegante y guapa.