La canciller alemana ha celebrado su triunfo implacable en los comicios de hoy con su sempiterna tres botones a juego con el color de sus ojos. No es casualidad que la líder de los democristianos germanos se haya decantado por el color azul ya que así evidenciaba todavía más la distancia lograda respecto al rojo de los socialdemócratas y de la corbata de Steinbrück. Incluso, para completar el estilismo, prescindió de su collar de ámbar de la suerte y apostó por uno con tonos turquesas. Total, la fortuna, mientras no vote la Europa pobre, la tiene garantizada. BSO Tengo una muñeca