El fuego está quemando una de las zonas más bellas y con mayor personalidad de Catalunya: l’Alt Empordà. Pendiente del incendio y de amigos (y otros animales) que aún siguen confinados en sus casas, llevo todas estas horas enganchada a la televisión y la radio para conocer las últimas informaciones. Después de ver cientos de veces las mismas imágenes, no he podido evitar fijarme en la indumentaria del conseller de l’interior de la Generalitat, Felip Puig, y del president, Artur Mas.
Me sobra la americana gris de verano de Mas, la podía haber dejado en el coche. La camisa blanca de Felip Puig, aunque busque la informalidad precisa para un incendio, al ir con pantalón de tela debe ir por dentro. Si llevara tejanos (hubiera estado bien), sí que se permite la camisa por fuera.
Aunque la americana bajo el brazo del president se antoje como «ridícula», patética fue la estampa de su homólogo gallego. En 2008 Alberto Núñez Feijóo trató de emular a un bombero solo que se equivocó de indumentaria: cabello engominado (altamente inflamable), camisa inmaculada y náuticos…
Tampoco el estilismo de Mª Teresa Fernández de la Vega en el incendio de Guadalajara de 2005 gustó. Llegó de madrugada con un traje chaqueta claro y baguette (bolso) bajo el brazo como si entrara al Congreso de los Diputados un día cualquiera.