El presidente español y sus camisas podrían protagonizar perfectamente un anuncio de detergente. Claro está que Rajoy sería el antes y cualquier otro mandatario del mundo, el después que le reprocharía: «El mío deja la ropa más blanca». Y es que no sé cuál es el problema… Si abandona las camisas en el fondo del armario hasta que adoptan ese tono cenizo o las deja mucho tiempo secar al sol. Ayer, con la corbata del vestuario Cuéntame cómo pasó y en comparación con la inmaculada que lucía su homólogo peruano, Ollanta Humala, otra vez la camisa reclamó un chorrito más de Ariel.
Hay mucha cosa para blanquear en este país, aparte de las camisas de nuestro Presi. Por cierto, ¿no es al ponerlas al sol cuando blanquean? Te lo pregunto en plan marujilla, yo pensaba que sí… ¡Un besito!