Es lo que tienen las campañas electorales, los candidatos venderían a su madre por un voto. En el caso del líder popular, ha renunciado a su dignidad. En una entrevista a XL Semanal, Rajoy posa en la playa junto a su mujer ataviado con unas bermudas. El tono lechoso de sus piernas y pies tira pa atrás.
A sabiendas del shock que su estilismo puede provocar en la opinión pública, Mariano Rajoy recuerda que «a las ocho de la mañana no hay paparazzis que inmortalicen mis bermudas». Pese a su sentido de la responsabilidad, el candidato popular a la presidencia del gobierno permite que XL Semanal lo retrate de esta guisa. «Yo quiero transmitir a los españoles una imagen de fiabilidad, de seriedad y de confianza, porque creo que eso es lo que soy, una persona fiable que genera confianza y seguridad.» No será en bermudas, no.
Sobre la poca credibilidad que sugiere su apariencia (con o sin bermudas), Rajoy opina que «en política hay una parte muy importante que es marketing y propaganda; pero, al final, hay otra mucho más importante: la realidad. Las dificultades desnudan a los políticos que solo piensan en la imagen, y en los momentos difíciles se conoce quién es un buen gobernante. Al final, la gente sabe quién es capaz, quién sabe tomar decisiones y quién está en otras cosas.»
Como consejo: «No importa lo que seas, solo cómo te vendes».
¿Era necesaria una foto de la pareja descalza?