No me canso nunca de decirlo. En épocas de crisis, es mejor que a uno no lo cacen ni en bañador ni morenito. Pero los italianos son de otra pasta. Y, por eso, mientras el gobierno de Mario Monti asfixia a la clase media pidiéndole aún más sacrificios, algunos gobernantes se permiten el lujo de pasar su vacaciones navideñas en las islas Maldivas. Las revistas Chi y Oggi publican esta semana imágenes en las que se puede ver, entre otros, al presidente de la Cámara de los Diputados o al del Senado bronceándose con modelo slip.
Bueno, allí toman el sol, aquí se corren otro tipo de juergas y despilfarros. Por desgracia nos parecemos más a los italianos de lo que debiéramos, en cuestiones políticas me refiero.