Los hombres de negro y Christine Lagarde

Mi propio tío aún me cuestionaba el pasado viernes la importancia de una buena imagen. «Qué más dará si Rajoy lleva la corbata torcida o no, lo que debe preocuparnos es que gestione bien el país», defendía. Hace unas semanas con todo el caso Pallerols, alguien en twitter también me echaba en cara que yo hubiera señalado en tantas ocasiones (y me mantengo) a Duran i Lleida como uno de los políticos de derechas mejor vestidos en el panorama nacional.  Bien, respondo a ambos con el estilismo que Christine Lagarde lució ayer en el encuentro del G-20 celebrado en Moscú. Con un vestido de pata de gallo, botas altas, fular y demás complementos, la directora del FMI -rodeada por «los hombres de negro» que hoy todos despreciamos- irradiaba luz, frescura, credibilidad, seriedad, seguridad, cercanía. Y he aquí las ventajas de proyectar una buena imagen: aunque uno se encuentre enterrado en un lodo de estiércol como los demás,  todavía cabe la posibilidad de que los que observan consideren que no te has ensuciado tú que son los otros niños malos los que te han salpicado. El poder de la imagen.

150 150 Patrycia Centeno
3 comentarios
  • Pienso que la imagen es la primera impresión de una persona,incluidos políticos. Cristine Lagarde va siempre impecable y transmite seguridad y serenidad. Me gusta su pelo blanco .

  • Esta mujer tiene lo que se dice «tablas», y además su rostro refleja frescura y seguridad.
    Rajoy no tiene esas virtudes femeninas y tampoco hace vibrar a las mujeres, pero con una imagen muy buena no dejó muy bien a España el presidente anterior ¡¡¡ Rajoy irá bien !!

  • ¡Y el mejor complemento de esta mujer es su sonrisa!
    Creo que los que apreciamos la importancia de la imagen en una persona apreciamos también su honradez y su capacidad para gestionar un país. Lógicamente si es un ladrón, será un ladrón bien vestido pero seguirá siendo ladrón.

Los comentarios están cerrados.