Aquí una que considera que en cada fotografía le roban el alma (o la inteligencia, la belleza, el atractivo, la naturalidad, la esencia…), puedo entender perfectamente el calvario por el que pasaron los mandatarios al quedarse a solas ante el objetivo de una cámara. Acostumbrados a los flashes, no se sienten tan cómodos cuando una sola máquina les dispara y deben mirarla fijamente. Mientras Netanyahu suplicaba «sácame guapo», Michele Bachelet y Tarja Halonen temían lo peor. Es lo que se desprende de la interesante exposición que se muestra estos días en Viena, Las caras del poder. Más de 100 fotografías de los principales líderes mundiales capturadas por Platon para la revista New Yorker.
Me parecen impresionantes las fotos, ¡me encantan! Pena que la exposición no sea por estas latitudes. Putin tiene cara de estar preparando alguna conspiración asesina o algo así, ¡a mi también me da mieditis!
Patry, por cierto, ¡¡feliz alumbramiento!!