En este país se ha convertido en deporte nacional meterse con la princesa de Asturias. Y claro, empapados ya del espíritu olímpico, Letizia ha vuelto a recibir la dosis de impertinencia diaria de algunos medios. Ayer estuvo en audiencia con el grupo femenino de atletismo de Toledo y llevó un vestido de estampado tribal con sus altísimos tacones nude. Letizia estaba sencilla, pero guapa y elegante. Sin embargo, fue gracioso advertir como las jóvenes atletas intentaron estar a la altura de la ex periodista con minifaldas, peep toes y bailarinas. Mientras unos opinan que Letizia se desanimó al ver a las chicas intentando vestir como ella, yo considero que estaba orgullosa de cómo ha ido creando tendencia. De todos modos, la democratización de la moda tiene eso: vamos todas uniformadas con mayor o menos gracia.