Las camisetas naif de Schez. Camacho

Es tremendamente complicado hablar en serio sobre cualquier aspecto de Alicia Sánchez Camacho (algo bastante funesto para la carrera de cualquier representante público). Pero en este post voy a intentar ser lo más constructiva posible con su imagen, de veras. Hace ya tiempo que la líder del PPC recurre a camisetas con mensajes (no confundir con las camisetas reivindicativas). Este tipo de piezas suelen encontrarse en las secciones de «teenagers» de las grandes cadenas de moda rápida. Suelen ser prendas sencillas con reclamos simpáticos y naif, en inglés o en francés. Y aunque muchos de sus consumidores no entienden el lema que llevan estampado en el pecho, otros recurran a ellas para expresar su personalidad, sus sentimientos, sus gustos o sus anhelos a simple golpe de vista.

En un político, al disponer de las herramientas suficientes para hacerse oír, la indumentaria -ni para bien, ni para mal- debe eclipsar jamás al mensaje verbal (o por lo menos, si es que existe un discurso). La ropa es solo un acompañamiento del mensaje verbal y debe servir para reforzarlo, nunca para debilitarlo o contradecirlo. Además, lo que ocurre con las camisetas pancarta es que el espectador o te escucha o lee tu camiseta (demasiados mensajes a la vez para atender) provocando cansancio visual (desconexión). Por todo ello, es recomendable que los líderes se abstengan de este tipo de prendas. Ahora bien, otra cosa es que una formación u organización pequeña, sin gran repercusión mediática -el caso del líder de la CUP o incluso, las activistas de Femen-, utilice camisetas o su propio cuerpo para defender el mensaje que de otro modo sería tremendamente complicado que recibiera atención. Porque entonces el riesgo está justificado: hay que llamar la atención. De todos modos, en estos casos, el mensaje es potente y serio; no se basa en gustos o preferencias banales, sino que defiende un ideal o se denuncia una actitud.
Por todo ello, la camiseta que vestía ayer Alicia Sánchez Camacho («Happy girls are the Hip Tees») no tiene mucho sentido (no busca transmitir seriedad ni seguridad, y tampoco la hace más cercana). Y la única (peligrosa) interpretación posible es la de una persona inmadura que, aún aspirando a conducir un país, no dispone de ninguna otra propuesta  más provechosa para encandilar a su electorado.
599 328 Patrycia Centeno