Intentan, sin mucho éxito, buscarle el «pero » a Barack Obama. Si en cuestiones políticas quizá podrían hallar más de uno, algunos cazurros se empeñan en repasar esperanzadores su indumentaria. Así ha ocurrido a raíz de su visita a Colombia donde las medidas de seguridad del mandatario se le antojan a algunos como excéntricas (tal vez sea necesario recordar que se trata del máximo líder mundial y que es el primer presidente negro de EEUU). Aseguran que Obama no probó ningún alimento en Cartagena de Indias que no hubiera analizado antes su séquito y que prefirió ensaladas y fruta (vamos, pensarán que su tipazo se puede permitir comer cada día copiosos menús). Además, que renegó de la guayabera, no porque no le guste disfrazarse ni por las palabras de Fidel Castro que pronosticaron que hasta él se tendría que rendir a la prenda cubana, sino porque sus americanas azul marino estaban blindadas. Chicos, las camisas de Obama, como las de Chávez y tantos otros, también son antibalas. Pero ellos insisten en que las chaquetas algo más holgadas de lo habitual respondían a esta protección y no a la certeza de que el clima húmedo y caluroso colombiano desaconsejaba estrecheces.
Bueno, me gusta en todas las fotos y en la de arriba además, rodeado de todos esos guardiamarinas (no sé cómo se les llama allí) tan impecables, vamos, da gusto verlos a todos! En la de abajo, también. Me gusta hasta la taza del pececito.