No quisiera despedir la semana sin comentar las críticas que Karl Lagerfeld ha dedicado al flequillo de Michelle Obama. El director creativo de Chanel, aunque dice adorar a la primera dama estadounidense no entiende su cambio de peinado y considera que «el flequillo ha sido una mala idea». Según Lagerfeld, la esposa de Obama «parece una presentadora de informativos» (¿tienen los franceses a su propia Ana Blanco?). Yo si fuera Michelle Obama no me preocuparía demasiado, cada vez que este hombre (o cuerpo extraño) abre la boca es para soltar una chorrada y llamar un poco más la atención. De la cantante Adele dijo que estaba «muy gorda» (menos que él hace unos años); de Pippa Middleton que «debería enseñar sólo su parte trasera»; a los hombres rusos los ve a todos feos y si él fuera una mujer rusa se haría lesbiana… Otras de sus perlas: «Odio a los niños»; «La clase media no tiene suficiente clase»; o «Los estampados florales son para mujeres gordas de mediana edad»… También se refirió hace poco al presidente Hollande como «un imbécil que odia a los ricos» y que «es tan desastroso como Zapatero».
¡Totalmente de acuerdo contigo, Patry! Las opiniones de este hombre ya están completamente demodé y se asemejan a lo que podría decir una caricatura. Pero es quien es y salen en la prensa.
¿Es que parecer una presentadora de informativos es una desgracia? Nosotros tenemos a una por princesa (a saber lo que opina Lagerfeld de ello, no queramos saberlo, ¡ja, ja!). Normalmente son bien guapas. Así que Michelle puede estar tranquila porque le ha echado un estupendo piropo. ¡Yo también quiero parecerme a una presentadora!