El rey se ha lesionado un ojo y parte de la nariz al sufrir «un pequeño percance doméstico». El monarca luce el ojo con un hematoma y una tirita en forma de cruz en la nariz (¿no había algo más discreto?). Al parecer, pudo golpearse con una puerta, aunque a muchos se les antoja pensar en otras posibilidades. Por ejemplo, ¿será un zarpazo de un oso que no se dejó cazar?
¡Pero qué pillín es su Majestad! En algún lío se habrá metido… Lo de la puerta es como la excusa de que «se ha muerto mi abuela» cuando no querías ir a clase o hacer un examen. Al final del año, tenías media docena de abuelas y ¡todas muertas! Pues la puerta lo mismo. Hay puertas muy agresivas y violentas que no dudan en pegarte un puñetazo en toda la cara si te sobrepasas con ellas. Los Agentes de la Autoridad deberían llevarlas detenidas al calabozo. ¡Tendríamos cárceles de puertas!