El actual líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha decidido imponer su particular corte de pelo, rapado en los lados y mechón largo en el tope del cuero cabelludo, a toda la población masculina de su país. Una obsesión, la de controlar la estética del cabello, que ya se persiguió durante el mandato de su padre, Kim Jong Il, cuando se emitieron una serie de capítulos televisados titulados Vamos a cortar el pelo de acuerdo al estilo socialista. En esta cinta se advertía que el crecimiento excesivo del pelo, «al consumir una gran cantidad de nutrición», resta energía al cerebro y vuelve estúpidos a los hombres que se atreven a lucir un largo de más de 5 centímetros. Según a este razonar, en las peluquerías se disponía hasta la fecha de un reducido catálogo de opciones capilares aprobadas por el Amado Líder: ellos podían elegir entre 10 looks y ellas, de momento, siguen disponiendo de 18 peinados pero sujetos en función de si están solteras o casadas.
La obsesión del clan Kim por el cabello, como cualquier totalitarismo que se precie, no descansa. Kim Il Sung, padre fundador, fue famoso por sus mechones grises (otro que se suma a la lista de Cruellas de Vil): el pelo cardado de Kim Jong Il, trampantojo para ganar unos centímetros más de estatura, fue muy parodiado por el resto del mundo; ahora, Kim Jon Un pretende imponer su propio estilo.