Alucino estos días con mi repentino optimismo. Después de que a mi perra casi le tuvieran que amputar una oreja por culpa de una picada de abeja (solo queda que se le cierre la herida o poner puntos, así que ya estamos fuera de peligro), se me borrara toda la información del portátil (incluida documentación recopilada para el próximo libro) y me enfrentara a un reventón de cañerías, creo que hoy (a pesar de estar a 14 de agosto y que nadie me haya confesado un resquicio de melancolía) aún puede suceder algo bueno. Así que siguiendo ese halo de esperanza, hasta el encuentro entre el rey y el presidente del gobierno español, no ha estado del todo mal. Sí, la crencha de Rajoy cada vez es más pronunciada, la americana sigue teniendo vida propia, la camisa se arruga a su antojo, la corbata no puede ser más fea, las gafas algún día se arrodillaran ante él y le suplicaran que las jubile de una maldita vez (en serio, no hace falta llegar a los 67), la diferencia entre la barba y el color de su pelo resulta cada vez más insalvable y su insistencia en sostener siempre algo entre manos para calmar los nervios ante la prensa (hoy, papeles) desquicia a cualquiera, pero el jefe de gobierno español tiene de su parte a la naturaleza. Observen esa preciosa flor blanca detrás de él. Encontrarán también muchos capullos a su alrededor, pero aún les falta madurar. Este ya está aquí. Como dicen los catalanes: «Té la flor al cul». Por nuestro bien que así sea. Rosario – Muchas Flores
La corbata del Rey le da cierto aire a la que compartieron en su día el Príncipe y el Presidente… XD
Ahora, eso sí, no entiendo esa manía de pantalón claro y chaqueta oscura… :O Es que es tan de Primera Comunión…