Nos van quedando pocos. Personajes que, más allá de sus ideas, son respetados por todos. Se lo han ganado a pulso. Hoy, la chaqueta de lana gruesa con cremallera – apodada en honor al líder sindical de CC.OO como «la camacha»- vuelve a estar de moda. Porque sólo los grandes como Marcelino Camacho logran crear, sin siquiera planteárselo, tendencias. La peluca de Carrillo, los tirantes de Fraga, el corte de pelo de Suárez, el no uniforme militar de Gutiérrez Mellado, la pana y las coderas de González, el luto de La Pasionaria… Sin personalidad no hay imagen. Sin imagen no hay líder.