Aunque sus declaraciones muchas veces no se acaben de entender, el ministro de justicia es el mejor vestido del gobierno. De su gusto exquisito podrían aprender el resto de sus colegas. Es un hombre al que le gusta cuidar los detalles y se nota. Entre otras muchas señales que demuestran lo dicho, me quedo con la cadena que cuelga de su cinturón y se esconde en el bolsillo del pantalón. Herencia y recuerdo de su padre, sus allegados desmienten que la leontina finalice en un reloj de bolsillo (si así fuera, olé ) y que, quizá, lo haga solo para llevar bien sujeta la cartera (muy apropiado entre tanto ladrón). En fin, seguiremos investigando para dar respuesta.