La actual secretaria de estado de EEUU consideró conveniente masculinizar su vestimenta para dejar de ser primera dama y optar por alcanzar la presidencia de su país. Sus trajes sastre pantalón de líneas rectas oscuros son ya parte de su identidad. Pero tras ser criticada en televisión por un asesor de moda que la acusó de «estar confundida acerca de su género» y de «no estar enviando un mensaje positivo de la moda estadounidense», Clinton visitó la embajada de Noruega con una americana de color rosa palo y una nueva versión de su colar de perlas.
