Está claro, el cambio hacia un gobierno municipal convergente en la Ciudad Condal es ciertamente amenazante. Por eso, la formación socialista catalana está de los nervios. Tanto es así, que Montserrat Tura ha desafiado a su compañero de partido y actual alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, a jugarse la candidatura a las próximas elecciones en una primarias. Y aunque ambos tienen un obvio problema de cabello, la imagen de Tura gana por goleada a la de Hereu.
Valorada como uno de los mejores miembros del Govern de José Montilla, Montserrat Tura se mantiene fiel a sí misma y es la mujer política catalana que más arriesga en su indumentaria (en diseños, estampados y tejidos). Y es precisamente con esos atrevimientos cuando la socialista gana. Con una oratoria pausada, relajada y casi aleccionadora, debería ser su apariencia la que transmita fuerza y contundencia. Y es que, al igual que le ocurre a la mayoría de componentes del PSC, el punto débil de la ex consellera son las gafas. Con unas facciones tan apagadas, la moldura de la lente es la responsable de avivar el rostro y no de lo contrario. Asimismo, el maquillaje también juega un papel importante. Debe resaltar ojos –las cejas apenas se aprecian–, labios y pómulos. También como ya demostrara Sansón, el fino cabello de Tura aparece como traba para destacar su seguridad.
Por su parte, el pelo es nuevamente uno de los problemas de la imagen de Jordi Hereu. Junto a una entonación algo desagradable y parodiada hasta la saciedad (tiende a chillar cuando acaba las frases), el poco cuidado del cabello por parte del alcalde transmite dejadez. Su tez es muy blanca y tiene a sudar con facilidad –además, le acompañan unos quilos de más que no sabe cómo disimular con la indumentaria- por eso, hay veces que su apariencia puede llegar a antojarse como poco aseada. Lógicamente, las americanas caídas de hombros, los pantalones demasiado largos en el bajo, la corbata torcida e, incluso, el aparecer descamisado no le ayudan. Según allegados, Hereu confía en el diseñador Josep Abril para vestir. Quizá buscar un buen sastre y estilista sería una mejor opción para él.