Tras el triunfo, la pareja saluda en el balcón del Majestic. Mientras Mas opta por la mano abierta, Rakosnik hace el gesto de victoria.
Todavía no es la primera dama oficial, pero ella ya hace tiempo que ejerce. A diferencia de Ana Hernández, la esposa del president en funciones de la Generalitat de Catalunya, José Montilla, Helena Rakosnik ha tomado casi más protagonismo que su marido. Aún no hace ni una semana del triunfo de los convergentes y la mujer de Artur Mas ya empieza a cansar.
Nada tiene que ver la pareja compuesta por José Montilla y Ana Hernández con la de Artur Mas y Helena Rakosnik. Unos pasaron con demasiada discreción y otros pueden pasarse con tanta aparición pública. El nuevo president de Catalunya, Artur Mas, comparte todo su protagonismo con su mujer. Según él, Helena es su máximo apoyo. Y aunque algunos gestos de complicidad entre ellos pueden enternecer al espectador, el exceso nunca es buen compañero de viaje.
En el mitin final de campaña de los convergentes, Mas invitó a subir a su esposa al escenario del Palau Sant Jordi para declararle su amor. El domingo, Helena saludaba al electorado desde el balcón. El lunes acompañaba a su marido a la entrega de los premios Protagonistas de Luis del Olmo. El martes saludaba en los estudios de TV3 a Mónica Terribas quien iba a entrevistar al vencedor de las elecciones. Ayer por la noche, Rakosnik se dejaba caer por la fiesta que Miguel Bosé celebró en el Hotel W de Barcelona para recaudar fondos en la lucha contra el Sida. Y hoy se espera que no se pierda el Shopping Night que se celebra por primera vez en la capital catalana.
Beso en el mitin final de campaña
En el programa Tengo una pregunta para usted de TVE1
Con esta agenda no es de extrañar que surjan ya los primeros síntomas de empalago con la futura primera dama. Además, una sobreexposición de la pareja del president podría debilitar la imagen de éste. Mientras que en países como en EE.UU. la figura de la primera dama está mucho más definida, en España al tratarse de una monarquía el tema queda mucho más confuso. De todos modos, cierto es que entre Catalunya y el resto de España hay muchas divergencias. Pero en pleno siglo XXI, cuando ya nos hemos acostumbrado a que la mujer (o el hombre) del político prefiera salvaguardar su intimidad (Sonsoles Espinosa), las funciones de primera dama quedan algo obsoletas y ridículas.
Junto a Miguel Bosé y los Tous en la fiesta del Hotel W de la pasada noche
Esa mano sobre el hombro del president puede debilitar la imagen de éste
Y aunque a Helena Rakosnik le atraiga más el modelo de Michelle Obama, Carla Bruni o Samantha Cameron, la realidad catalana es otra.
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